jueves, 31 de enero de 2013

10. El Desierto

      Muchas veces he experimentado la soledad de formas diferentes, pero ninguna como esa noche que pasé caminando en el desierto..

Porque un grillo se interna en el desierto?

Porque todos en nuestra vida necesitamos del desierto, ese lugar donde podemos poner los pies en la arena y  quitando  todo  lo demás, solo quedamos lo que en verdad somos.

El desierto es ese lugar donde no importan ni títulos nobiliarios, logros y todo ese equipaje que venimos cargando y que lo confundimos a veces con lo que somos.

En el desierto la única voz que se escucha es la de nuestro pensamiento, y el único sonido que nos acompaña es el de nuestra respiración, que al escucharla, nos ubica en el aquí y en el ahora, nos hace conscientes que estamos vivos.

Esa noche, en la soledad completa, mi compañía no fue la luna, fueron las estrellas que tenían para mí guardado un espectáculo con su brillo y una que otra con su movimiento inquieto jugando a que fugaces surcaban el universo. Esa noche las estrellas se tatuaron en mi alma, le pusieron nombre a mis sueños, me acercaron con los que amo, pero no esa nostalgia del que se encuentra lejos, sino en la sonrisa tenue de quien sabe que es amado.

Esa noche bebí estrellas, y las estrellas bebieron de mi alma, en ese toma y daca equilibrado de la vida.

La paradoja de la soledad es que nunca estás solo, porque la soledad te acompaña.

En el desierto no se vuela, se camina lento, guardando energía, y se piensa, se piensa mucho.

Hoy cuando siento que estoy perdido, que no se a donde tengo que ir, primero añoro volver al desierto, pero después recuerdo que tengo ese tatuaje de estrellas en el alma, como mapa estelar para encontrar el camino a mi desierto interno, donde podré en esa absoluta soledad, volver a encontrar al grillo que soy.


martes, 22 de enero de 2013

Parte 9. Los origenes de Abelardo






       Me han preguntado muchas veces de donde soy, y mi respuesta  es la misma siempre, yo soy del camino,  soy de las tardes donde el viento mueve mis antenas mientras el sol se esconde tras el horizonte, soy de una noche llena de luciérnagas volando tras la luna.

Sin embargo, en mi corazón siempre guardo la tierra que me vio nacer, ese terruño que se encuentra al sur del norte, allá donde el desierto besa al mar, de donde hay mucho calor, mucha tierra, pero sobre todo, mucha gente de gran corazón.

Recuerdo muy bien esas madrugadas de un calor intenso, como todos los grillos adultos tomaban las calles haciendo pasar como si fueran un asfalto movedizo.

Fue en esa tierra donde siendo yo muy pequeño vi a un grillo volar, donde supe que yo también lo podría hacer, algún día, ya que me pusiera en contacto con mis alas.

Mi crecimiento como grillo fue acompañado de muchos grillos que compartíamos un mismo sueño, que nos reuníamos algunas tardes a cantar y bailar, como si nada más importara. La principal lección la aprendí en esos tiempos, una muy sencilla pero a su vez profunda, “Ser lo que uno es”, que nuestras palabras, nuestros pensamientos y nuestra acciones sean siempre  notas de una misma canción, canción que hablará de quienes somos. 

 En nuestra comunidad sabíamos que la mayoría de nosotros emigraría, algunos por la región, otros como yo, mucho mas lejos, y así, cuando los grillos llegaban a la edad de prepararse para la vida, se alejaban por largas temporadas, y en los días de fiesta regresaban y todos se alegraban al rededor de ellos, porque sabíamos que tal vez para la siguiente fiesta ya no iban a volver.

Cuando recuerdo esa villa lo hago siempre con mucha nostalgia, esa nostalgia de haber dejado algo de ti, y a cambio haber tomado algo de todos contigo. Dichoso los lugares que su principal atracción son las personas que viven allí, porque esos son los lugares que nunca olvidaremos..


martes, 15 de enero de 2013

Parte 8. Julieta




Julieta, un nombre muy adecuado para una grillo tan distinguida.

Ella era un grillo muy tradicional, algo delgada, con grandes ojos, pero un más grande sentido del humor. Ella tenía su propia manera de ver la vida, inventaba definiciones para las cosas que ya las tenían, y cuando tu le preguntabas algo, y ella sacaba de su diccionario particular la respuesta, lo decía tan segura que no te quedaba duda que era  la verdad, y eso era, su verdad. Que importante es que todos tengamos una verdad personal.

La conocí en una circunstancia dolorosa para mí, estaba lastimado de un ala y no podía volar.  Eso me tenía desconsolado, sentía que había perdido todo mi mundo, estaba inmerso en una depresión donde ya nada tenía sentido. Nos engañamos en falsas seguridades, que lo que nos define es lo que hacemos o mucho peor, con quien estamos, en vez de definirnos que es lo que somos.

Julieta era muy sencilla, con una mente muy activa, iba haciendo de su vida un lugar seguro, controlado.

Ella llegó a sanar mis heridas con una sonrisa.

En mi miedo por haber caído, ella me enseñó a volar sin alas.

Yo no estaba en sus planes, y tampoco estaban el perder la cabeza. Locura, muchos dicen que se llama lo que nos pasó.  Ese acercarse al fuego sin pensar en los riesgos, para tratar de darle un nombre al color del corazón de la flama.

Pero uno debe aprender a sanar las heridas antes de volar, porque el costo es grande, y generalmente termina uno lastimándose y lastimando a los demás.

Yo pensé que ella quería reparar mis alas, ella quería reparar mi corazón.

Y en mi egoísmo, yo solo pensaba que quería  regresar a volar, aunque esto significara dejar a Julieta, que era lo que en  realidad quería, y eso es lo peligroso de los sueños que nos hacemos despiertos, porque los creamos desde nuestros miedos, frustraciones y carencias, y los volvemos nuestras metas, y no nos detenemos a pensar si en realidad son nuestro destino, no las revisamos para comprobar que siguen vigentes.

La perdí, no de manera definitiva, porque lo único definitivo es la muerte, cuando  me fui volando, la traicioné  a ella, traicionándome a mí al mismo tiempo, rompiendo su corazón.

Hoy cuando la noche pasa silenciosa y la mañana se anuncia con una estrella que lucha por brillar contra la claridad del cielo, pienso en ella, la grillo Julieta y anhelo en lo profundo de mi alma, buscarle nombre nuevo al color del  corazón de la flama, junto a ella...

sábado, 12 de enero de 2013

Parte 7. La luna

  
      Oh la luna, esa dama de plata que me ha hechizado, esa compañera que juega a esconderse y aparecer. Mi historia con la luna es de un amor no correspondido, de un soñador que sabiendo lo imposible no deja de tratar de volar cada vez más alto, queriendo acercarme a ella.

Volaba una noche de mucho calor, recuedo que  empezaba a ir mas allá de mis propios limites, cuando me di cuenta que la noche estaba mas clara, casi como un día tenue, fue cuando alzé la vista y me percate de su presencia, sentí su luz y su fuerza, me atrajo de manera irremediable, lleno mis venas con su blancura, se metió en mi cabeza y me detuvo el corazón. Luego supe que esos eran síntomas inequívocos de estar enamorado.


Ella se iba, pero siempre volvía, siempre regresaba, poco a poco, primero asomaba una sonrisa tímida, luego esa sonrías crecía hasta volverse tan circularmente perfecta.

Yo llegue a pensar que algo hacía mal, que por eso se enojaba conmigo y se alejaba de mi.

Cuando me di cuenta que era inalcanzable, también supe que era a su vez irrenunciable.

He tenido muchos amores, y ellos no lo saben, que siempre la he amado a ella. Que cuando ellas se van, se que mi luna siempre estará para escuchar mi canto, si, ese canto que no me gusta, que desafina, que oculto, pero que ella recibe sin juzgar, y por ese momento, me vuelvo un grillo cantador que le gusta volar.

Se que no estoy solo, que la luna volará junto conmigo, incluso cuando no la veo, su presencia me acompaña, hasta creo, alguna noche de primavera, haberla escuchado murmurar mi nombre.






jueves, 10 de enero de 2013

Parte 6 - Alberto, el grillo bailarín

No me hablen de él!

No me lo recuerden!

Fué mi mejor amigo cuando eramos larvas, o eso pensé, pero la realidad era otra, se aprovechaba de mi! Alimentaba mis inseguridades con comentarios "amigables" que yo pensabe eran bien intencionados, por lo que bajaba mis defensas y penetraban con toda su amargura en mi ser.

El sabía bailar, como pocos grillos he visto hacerlo, al igual que yo no le gustaba cantar, creo que cantaba peor que yo, y eso ya es mucho decir! pero el tenía otra arma para llegar al corazón de las damas, su baile, y en especial el tango!

Cuando intento conquistar a mi Carmela fue el fin de una "amistad" y el pricipio de una rivalidad, que hasta la fecha continua. Como pudo hacerme esto?

Era una mañana fría, en ese entonces todavía no emprendía mi primer vuelo, recuedo que estabamos en la cueva, protegidos de ese clima polar,  Carmela junto a mi, ya casí convencida de que sus antenas hacian juego con las mías, su sonrisas coquetas que me invitaban a declararle mi amor, sus lindos labios verdes, sus cuatro juegos de ojos revoloteando como dientes de león al viento, en nuestros silencios tejiamos un pacto, una promesa.

Fué cuando Alberto entró, bailando y bailando, con una gracia, debo reconocer, impresionante!
Carmela no pudo mas que reaccionar a su ritmo, y moviendo sus extremidades superiores, medias e inferiores, se alejó de mí.. Rompió ese pacto y esa promesa  silenciosa, al rimo de un tango que para ella sonaba dulce, pero para mi amargo.

Me sentí doblemente traicionado, no entendía lo que pasaba, y era más fácil volverme la victima, y no asumir mi responsabilidad, Creer que en mi imaginario ella estaba sincornizada conmigo, que de manerá mágica, sin yo decirle palabras, ella entendía mis señales, que ella sin saber, rompió las expectativas que había puesto en ella, para que me salvara..

Como reclamarle esos acuerdos no escritos, que ella "debió" entender!

Durante mucho tiempo ese momento fue el pretexto perfecto para justificar mi sufrimiento, porque es más fácil echar culpas que vernos en el espejo.

Primero la conciencia, para que después venga la responsabilidad, es la única forma de avanzar.

Auque creo que ya lo superé, no me hablen de Alberto, y no me pongan un tango, por favor.

Contestado respuestas de su Público..




Algunos seguidores me han mandado preguntas específicas que me gustaría contestar:


1. ¿Alguna vez ha volado tan lejos que después no sabe cómo regresar?

No me gusta regresar, regresar siempre suena a pasado, me gusta pensar que llegó de nuevo, con el papel en blanco,  nuevas miradas, con nuevos intereses.


2. ¿Se puede dejar de estar enamorado de la luna / sol??

De quien te enamoras no te puedes desenamorar, porque morará en ti por siempre una versión de ese ser amado, que será con el tiempo muy diferente a la del ser real. Si de verdad te enamoras, podrás olvidar, pero bastará un reflejo, un rayo de luz, un sabor o un olor, para revolucionar tu corazón, como si el tiempo nunca hubiera pasado..

3. Abelardo: Ya no puedo volar, se me acaban las fuerzas, ¿Me puedes dar un consejo para volar de nuevo?

fuerzas? esto no es de fuerzas.. recuerda que todos tenemos dos pares de alas, unas rígidas  que nosotros nos hemos construido y nos sirven como protección, que nos hemos creado con nuestras creencias y  miedos. y también tenemos  otras internas, suaves, flexibles, que no saben de limites.. 

Con que par de alas estas tratado de volar?

Parte 5 - Respuestas de un grillo volador


En mi larga vida de grillo volador, muchas preguntas me han hecho, y con mi naturaleza tímida, no he dado la respuesta que hubiera querido..

Hoy quiero tomar esas preguntas y contestarlas, con la respuesta que dí desde la cabeza , pero ahora también desde mis alas que me dan libertad..

1. ¿Cuando es la mejor hora para volar?

Respuesta de la cabeza:
En la noche cuando pasamos desapercibidos.

Respuesta de las alas:
Cuando sientas que te ahogas y no entiendes porque nadie quiere voltear a ver a la luna, cuando tu pensamiento vuela con las luciérnagas y tus pies pisan el suelo, cuando las respuestas de siempre ya no caben en las preguntas eternas...

2. ¿ A que le tienes más miedo?

Respuesta de la cabeza:
A los pájaros y a los peces..

Respuesta de las alas:
A no volver a volar, a volverme ciudadano de lo cotidiano, a confundirme con el resto de los grillos, a que ella escuche mi cantar desafinado, y se de la vuelta...

3. ¿ Te gusta volar solo?

Respuesta de la cabeza:
Si, es lo más seguro.

Respuesta de las alas:
Aunque lo quisieras en imposible volar solo, siempre te acompaña el aire en forma de brisa, el cielo cubierto de estrellas, la luna que te hipnotiza con su mirada de plata, vuelas con tus sueños que te impulsan a seguir adelante.

4. ¿ Y cuando vuelas, no extrañas tu casa?

Respuesta de la cabeza:
No.

Respuesta de las alas:
No, nunca, porque mi casa son mis alas y mi hogar el viento. No porque soy de donde aterrizo, originario de donde no me esperan, pero cuando me vaya seguro me extrañarán.

5. ¿Por qué no te gusta cantar ?

Respuesta de la cabeza:
Porque desafino.

Respuesta de las alas:
Porque desafino.

Parte 4 - Consejo de un grillo volador


Si tu quieres volar, haré algo que me hubiera facilitado la vida, y no me hubiera puesto tan en riesgo,aunque  eso de volar ya por sí mismo es un riesgo.

1.  Aprende a medir tu distancia en tierra, volar sobre agua sin saber si tienes fuerza suficiente para llegar al otro extremo no es un deporte extremo, es un suicidio.

2. Si vas a volar sobre un río, no lo hagas cerca del agua, los peces piensan que sabemos sabrosos, y pueden brincar fuera del agua, lo creas o no.

3. De acuatizar ni hablamos.

4. Cuando vueles en la noche, no voltees a la luna porque podrías quedar de manera irremediable enamorado de ella.. de su brillo y de su luz, de su sutil acompañar y de su silencio acogedor.. si, como puedes ver yo voltee a verla.

5. Las langostas aunque sean familiares lejanos, no son amigables, no les interesa compartir sus experiencias, y tienen un hambre voraz.

6. Siempre vuela un poco más..

7. Nunca vueles mientras sueñes.. es más seguro soñar que vuelas.


8. Antes de soltarte a volar escucha con atención cualquier sonido, nunca vueles cuando no hay ruido porque seguro hay un pájaro esperando que alces el vuelo.

9. Nunca te acerques a un gato, comen grillo.

10. Siempre disfruta tu vuelo, nunca sabrás si es el último.

Parte 3 - El primer vuelo


Saber que ya estaba listo fué fácil, lo espere desde que asome la antena por primera vez al principio de esa primavera, esperé que llegara ese verano.

Si usted no lo sabe, nosotros tenemos dos pares de alas, unas externas duras, que nos sirven más como protección y otras suaves y transparentes.. debajo de las primeras.
Si me pidieran un consejo, no intenten nunca volar con las alas externas, es doblemente doloroso, cuando al aventarse al vacío intentas aletear, señor eso duele.. alas rígidas que ni para planear sirven, y al caer al vacío precipitándose uno con todo su peso, eso es el segundo dolor, y no es que eso me haya pasado muchas veces, solo unas cuantas veces.. si, ya se.. soy terco.
Eso me pasa por no tener un tutor, alguien que me aconseje, bueno, muchos me aconsejaron dejar esa idea de volar, pero nunca hice caso.. yo mas bien me refiero a un maestro de vuelo.

Después de varios intentos por mover las alas rígidas, algunas veces más dolorosas que otras, caí en un charco frio..casi me da una pulmonía, bendita pulmonía, porque lo que sucedió, obra de la casualidad debo admitir, es que al estornudar, estornudé tan fuerte que sentía se me salía la vida, gracias a Dios lo que salió fue mi par de alas internas.. Que maravilla!

Bueno, lo difícil después fue a separar el estornudo de las sacar las alas, porque no siempre que quieres volar te gusta estornudar, y no siempre que estornudas te gusta enseñar tus alas interiores..  

Ya con la técnica narigo-apendice-volador dominada, decidí brincar lo más alto que pude, estornudar al empezar a caer y aletear para no romperme la cara.. y que creen?

Volé!

Parte 2 - El conflicto de las Alas.


Tengo alas, yo pensé que era una leyenda, eso de que podíamos volar. La verdad es que rara vez volamos.. pero si lo podemos hacer. Que ironía que teniendo alas seamos más rápidos con corriendo, y más efectivos.. digo, teniendo como depredadores a los pájaros, uno no quiere estar desprotegido en la inmensidad del cielo. Es claro que nuestro color negruzco es nuestra mejor protección para escondernos en la noche.

Sin embargo, si podemos, de vez en vez rompemos ese miedo a sentirnos vulnerables y alzamos el vuelo. Que si yo he volado? no me veas así, no es un tema fácil para mi. Y la respuesta es si, lo he hecho, varias veces, más que la mayoría de mis hermanos.

Para ser un grillo tímido, lo de volar es lo mío. Poder ver el campo desde arriba te da otra visión de la vida, aunque solo pueda volar unos cuantos metros, es toda una aventura.
Siempre me dijeron que las alas tienen sólo una función reproductiva, incluso sé que las chicas no pueden volar, para ellas las alas son un adorno, muy sexy por cierto. Siempre me contaron esas aterradoras historias de parientes que al alzar vuelo fueron engullidos, destrozados por esas bestias emplumadas, esas lagartijas voladoras.

Pero yo siempre soñé en volar e impresionar a las niñas, digo, todos pueden cantar, yo debería ser diferente, si, ya se... que todos somos únicos e irrepetibles, y al ser todos tan únicos nos volvemos iguales..

Yo siempre soñé con volar. Eterna era la llegada de ese primer verano, donde sabía que la plenitud grillezca es alcanzada,  y como grillo adulto mis alas estarían listas.
Una tarde calurosa, la más calurosa de todas las tardes calurosas, sentí una rara fortaleza en el abdomen, mis hermanos empezaron con su ritual de tallarse las rodillas haciendo ese sonidito que a mi nunca me salió bien, y en ese momento me dí cuenta que ya era todo un grillo.. claro, de inmediato empecé a intentar desplegar las alas, nunca había visto a uno de los míos volar, no tenía idea de como iba a empezar, esa aventura que casi termina con la historia de Abelardo, sin dar la oportunidad a contartela como lo hago ahora.

Parte 1



Que nombre para un grillo! “Abelardo”, que estaban pensando!! pero era de entenderse, digo, se que los grillos no nacemos de uno en uno, y eso de nombrar hijos ha de ser todo un reto.

Ahora que si pienso que a falta de nombre, solo sería  un “Acheta domesticus” genérico.. Si, ya sé!, nadie nos llama por nuestro nombre elegante.. sería sólo un grillo más.. de esos grillos molestos que llenan la noche, y los momentos incómodos con nuestro curioso cantar.
Aunque allí estarían mal.. si señor! a mi no me gusta cantar.. nunca he sido bueno para eso, siempre he sido muy considerado, y por más que todos digan que el cantar de un grillo es su carta de presentación en este mundo, a mi no me vengan con historias! Como le llaman cantar a un sonido que hacemos con nuestras alas!! Que si es el la manera de atraer a las hembras, que sí podemos predecir el clima con nuestro canto ( Temperatura del aire es igual a la resta de  división de los cantos por minuto entre 5 menos 9), que si le quitamos la seriedad de la noche, y que sabe cuántas cosas más..  De todas ellas, tal vez la que más me hace pensar es esa de atraer a las hembras.. digo, si esa es nuestra única herramienta para el tema de la conquista, de verdad que yo estoy frito, que me pongan en un taco y me echen salsa por favor!!

Las luciérnagas, esas si que tienen estilo, esas si llenan la noche, y no de sonidos sino de luz, ellas si que saben como hacerlo.. nunca he escuchado a nadie quejarse de ellas, siempre son admiradas, nadie dice, apaguen esa luz que no me deja dormir!!! o alguna vez han visto a una luciérnaga aparecer en un momento incómodo??? De ellas siempre se escriben cosas bonitas, llenas de momentos sublimes.. y no es que sea un grillo envidioso.. soló soy uno mal entonado, y muy observador...