lunes, 11 de noviembre de 2013

El inverno de un grillo

   



      No hay mejor época para volar que cuando el sol radiante llena de colores todos los lugares, y el verde domina en sus múltiples tonos por el paisaje, en esos momentos no hay mucho que pensar, uno se deja llevar por los instintos y es muy fácil sentirse feliz, nuestra primavera es cuando nos sentimos plenos, sin importar el calendario.

Pero hoy no es mi primavera, hoy hace frío, con dificultades me muevo, y no hablemos de volar, que hoy en mi invierno, es un momento para reflexionar, para detenerse un momento, y saber que si hicimos bien el trabajo no nos deberemos preocupar por la escaeces, aunque la duda siempre está, si habremos sembrado lo suficiente y si realmente cosechamos lo que esperábamos, y así a veces con los amigos también sucede, cuando al final de la primavera, de estar en la dicha, en la alegría, cuando todo es fácil y las promesas se aligeran, llega el invierno de las dificultades y nos preguntamos si podremos comer de lo que cosechamos en ellos, si cuidamos bien de esa relación, y si el terreno era fértil o solo arena que vive en el momento.

Este invierno mío tiene que ver mucho con las ausencias, con las distancias, con las soledades, un invierno con cara de desierto.

Lo más desesperante de los inviernos es la espera. Saber que tienes que dejar que el tiempo corra, y que uno no puede hacer nada, sino esperar, y que lo que intente uno solo generaría pérdida de energía, de recursos.  Ya llegará el momento de poder actuar, de llevar las decisiones al plano de lo real. Hoy es invierno, es gris, es triste, y seguro hay dolor, porque el dolor es nuestro invierno, es donde sentimos la necesidad de ser abrazados, de buscar ese calor que nos llene de algo de esperanza en la desesperanza, donde necesitamos esa voz que nos recuerde que el invierno pasará y volverá el calor y la alegría, que a veces dura mucho mas de lo que esperamos, pero siempre dura el tiempo correcto.

Hoy en este invierno, espero que las reservas de cariño perduren..

domingo, 18 de agosto de 2013

17. Perdido


    Quien camina lo que camino yo, buscando el lugar donde poder iniciar un nuevo vuelo, es común que se pierda, que de vuelta equivocada, que camine en círculos por horas o que solo no sepa donde se encuentra. A mi me pasado todo eso y de lo más frecuente, muy frecuente.. pero esta vez me perdí de manera diferente, de una manera que nunca me había sucedido, me perdí en el tiempo.

El tiempo es ese lente que nos ayuda a ver mejor lo que nos ha pasado, al poder tomar distancias y al poder desligarnos emocionalmente de esas circunstancias tan especiales, tan dolorosas, tan llenas de emoción.

Nunca se han perdido en su pasado, confundiendolo con su presente?
Nunca han soñado un futuro, y confundir ese futuro con lo que están viviendo todos los días?

Lastima que los grillos no tenemos terapeturas, porque podría ser un buen momento para visitar uno, para que me dijera, con aire de sabelotodo, que algo anda mal en mi presente..

Y mi presente tiene eso, es algo donde de repente no me gusta estar, donde me siento perdido, donde no encuentro el camino adecuado para seguir, donde no se que es lo que sigue..

Mi presente es eso donde me siente realmente perdido, ese cañada oscura  donde uno no sabe como llegó, pero que tiene todo lo necesario para seguir allí, aunque sabes que estás estancado..

Hoy regreso después de muchos días, semanas y meses... donde han pasado muchas cosas que no logro entender, y que poco a poco con el tiempo podré ir platicando, cuando encuentren su propia dimensión.

Hoy, como podrán ver, estoy algo perdido, y si ustedes se sienten de repente igual, pues ya somos mas en esta perdición.

Espero encontrar ese claro, para poder abrir mis alas, y volver a volar...

miércoles, 17 de abril de 2013

16. Razones para volar


         Hoy quiero platicarles mis razones, mis motivos para volar. Cada vez que vuelo arriesgo el pellejo, y quien no arriesga siempre algo cuando va tras un sueño?

El volar siempre implica que podamos dejar la tierra por unos momentos y viajar hacia esos rumbos desconocidos e inciertos, esas áreas que no conocemos del todo, y que soñamos al llegar encontraremos ese tesoro tan añorado.

Yo vuelo cuando me siento contento, es irremediable que como bolsa llena de aire caliente me impulse dejado el suelo y sintiendo el aire en la cara, en las antenas..

Yo vuelo cuando estoy triste, y busco en la aventura del cielo dejar por un momento esta tierra donde las cosas no son como quisiera, tratando que desde lo alto poder tener otra visión de lo que sucede, alejarnos de nuestros problemas nos ayuda a darles una verdadera dimensión.

Yo vuelo cuando me siento solo, porque se que en la luna encontrare una novia fiel que me acompañará, porque se que el viento será compañero bondadoso que con sus silvidos me cuenta historias de lugares lejanos, a donde él quiere regresar, porque a veces, también se siente solo. La compañía de otro solitario es un espejo donde podemos vernos en los ojos de los otros.

Yo vuelo cuando sueño con verla pronto, cuando pienso que las distancias en el tiempo se pueden acortar si uno cierra los ojos y recuerda su sonrisa.

Yo vuelo cuando siento que ya no puedo más, porque sé que siempre se puede un poquito más, que nuestros límites son nuestros miedos a no poder.

Yo vuelo cuando quiero acercarme a los que quiero, que están dispersos por todas partes, y que la ilusión de darles un abrazo es el mejor combustible para seguir volando.

Y tú, cuando vuelas?

sábado, 16 de marzo de 2013

15. Aterrizando con estilo





Una vez que emprendes el vuelo y te dejas llevar por la magia del aire contra tu rostro, es muy fácil que se te olvide que algún día tienes que volver a poner los pies en la tierra.

Y más vale que uno planee donde quiere aterrizar, donde hará esa pausa que es indispensable para seguir adelante, para descansar, para replantearnos la ruta de vuelo, para recuperar energías, para sanar las heridas..

Pero si bien sabré yo que en los primeros vuelos uno nunca piensa en donde va a aterrizar, y se avienta contra el viento pensando que la fuerza nos durará para siempre, que nunca nos cansaremos, que podremos llegar a nuestra meta sin contratiempos y de un solo intento.

Ya con el tiempo uno va aprendiendo eso del aterrizaje, y empieza uno a entender que hacer una pausa no es perder el tiempo.

Yo apenas puedo volar algunos metros, por lo que donde caer siempre es importante, sobre todo siendo orgulloso miembro de la parte más baja de la cadena alimenticia..

Tengo una amiga muy cercana, más cercana que una hermana,  porque lo que nos une no son lazos de sangre sino de espíritu, un espíritu volador, y ella me ha enseñado mucho sobre esto de volar y aterrizar.

De ella aprendí que puedes ir mas allá de tus fuerzas, que puedes entregar más allá de lo que creíste poder dar en tu vida, pero que si no te das tu tiempo para aterrizar, el agotamiento puede acabar contigo.

Ella es una mariposa de alas azules, maestra en el arte de ayudar a los otros en aprender a aterrizar, en poner los pies en la tierra.  Con menjurjes de flores y palabras de muchos colores, pero sobre todo con mucho cariño, es maestra de vuelo, muchas veces me ayudó a sanar mis alas, y es la importancia de tener un guía, una luz, un faro que te ayude a encontrar tu camino.

Por eso cuando empieces tu próximo vuelo, piensa donde y cuando te conviene aterrizar..

miércoles, 27 de febrero de 2013

14. Problemas para volar


En mi vida de grillo volador, los momentos más difíciles que he pasado son y han sido cuando no he podido volar por largos períodos, y lo más triste es que no siempre han sido impedimentos físicos... que de esos como quiera uno puede salir. Los verdaderos retos son salir de los impedimentos emocionales, esos si son un verdadera aventura.

Teniendo todo para volar, todo menos tiempo! como uno no se va a dar un espacio para hacer eso que tanto disfruta, eso que lo hace trascender en un nivel superior.. No tener tiempo es la mejor excusa, y a la misma vez, la menor! Para lo que ama uno, para los que ama, siempre existe tiempo, siempre. Nos debemos preguntar si es falta de tiempo, o miedo..

Recuerdo que, después de una gran pérdida, sentía que ya no valía la pena volar, los colores perdieron su brillo y todo se miraba tan gris. Me costó mucho entender, que justo esas perdidas son las que nos deben recordar que la mejor manera de honrar a los seres amados que ya no nos acompañan en el plano físico, es vivir con intensidad, honrar su vida con nuestro vivir pleno. La tristeza es inevitable, y al serlo, nos enfrentamos a nosotros, a reconocernos finitos, limitados, vulnerables, y que a pesar de esto, estamos llamados a trascender a lo eterno, a pasar sobre nuestras limitaciones, a encontrar como esos aspectos que nos hacen vulnerables, también nos definen, y en que si nos fijamos bien, tienen su lado ventajoso, siempre que  seamos inteligentes.

Tocar nuestras alas internas, desplegarlas, brincar contra el aire y volar no es fácil. Nunca lo es, por eso siempre vale la pena, podemos quedarnos en la apatía de la justificación, o dejar al eterno mañana nuestras decisiones, pero siempre, al fondo de nuestro ser, ese pequeño grillo volador estará con un tenue cantar, recordándonos para que fuimos hechos.

Ya aligeraste tu carga?  ven, te invito a volar..

domingo, 17 de febrero de 2013

13. Ligero de equipaje

La vida ha sido un largo viaje para mí, desde hace mucho tiempo me he dedicado a hacer del camino mi casa, y es que todos estamos siempre de viaje, en los mejores casos nos dirigimos hacia una mejor versión de nosotros mismos.
En este caminar, el peso que traigamos sobre los hombros, no evitará que lleguemos, pero si hará nuestro caminar más lento, más pesado e inclusive, menos grato.
¿Pero que tenemos que dejar? , ¿que tenemos que cargar con nosotros? Esa no es una pregunta sencilla, y más porque nos hemos hecho de tantos indispensables para caminar por la vida.
¿Qué es lo que cargas todos los días?, ¿porque lo consideras  indispensable?, ¿porque es lo que te da seguridad?  o peor tantito, ¿lo crees parte de ti?
Para viajar no necesitas maquillaje, necesitas aceptar como eres.
Para viajar no necesitas música, necesitas saber poner atención en el camino.
Para viajar no necesitas distracciones que te hagan corto el camino, necesitas saber estar contigo.
Cargamos con nuestros complejos como la guía para interpretar cómo nos ven los demás.
Cargamos con nuestros prejuicios como la guía para interpretar cómo veremos a los demás.
Llenamos nuestra mochila con nuestros logros pasados, porque pensamos que por ellos nos van a reconocer, y sin ellos, no valemos.
Llenamos nuestra mochila con nuestras relaciones pasadas, y las traemos con nosotros, no permitiendoles ser “pasadas” al todo el tiempo hacerlas “presentes”.
Tomamos las rutas que otros trazaron para nosotros, algunas veces heredamos  mapas de nuestros papás, de los caminos que ellos hubieran querido caminar o de los caminos que sus papás trazaron para ellos.
Tomamos las rutas que tratan de vendernos como “éxito” que tiene más que ver con lo material que logramos acumular, que con trascender , que para mi es el verdadero éxito.
El camino es un maestro, que necesitamos ver, escuchar, sentir.
Y si para caminar es complicado andar cargando tanto tiliche, ya no hablemos de intentar volar.

viernes, 15 de febrero de 2013

12. Abelardo y el bosque



El bosque tiene algo de magia, muchos aseguran que han visto hadas y duendes escondidos por allí, sin embargo, para un grillo, tan nutritivo como dicen algunos que somos, es un verdadero peligro.

Es un lugar húmedo y oscuro, lleno de esos animales que les encanta camuflarse y hacerse invisibles, con el único propósito de incluirte en el menú del día.

El miedo siempre ha estado presente, ese miedo a perderte dentro del bosque, ese miedo a no encontrar la salida, que más bien es miedo a lo desconocido.

El día llegó en que me tuve que enfrentar al bosque, y como siempre que enfrentamos nuestros miedos, no es por decisión propia, sino empujados por las circunstancias.

Esas circunstancias que en a veces creo, son las herramientas que utiliza la vida para que pongamos en un taco nuestros “nuncas” y nuestros “siempres” y nos los engullamos sin siquiera masticar.

Cuando me empecé a adentrar en él bosque, el frío tocó mis antenas, su inmensidad, sus árboles, sus colores, embriagaron mis emociones. Sabía que tenía que tener cuidado, pero era tal la hermosura de lo que presenciaba, que de inmediato me reclamé el no haber entrado antes a ese lugar. El peligro seguía estando, como esta al fin y al cabo en todos lados, pero ya solo el paisaje lo hacía que valiera la pena.

Primero caminado, luego empezando a brincar entre rama y rama, para después empezar a volar, como nunca había volado, sin lunas ni soles sobre mi, solo hojas verdes que cubrían el cielo.
Ese vuelo fue liberador, porque al vencer mi miedo, logré hacer lo que más me gusta, volar! y al volar encontrarme con lo que yo soy, porque así son las cosas que nos gustan, nos ayudan a entendernos, a aprender de nosotros mismos, no nos definen, pero sí como un espejo mágico nos podemos ver en un estado de plenitud.. ¡Cuánto disfruto volar! , será porque sé que no solo soy un grillo, si no soy Abelardo, el grillo volador.

sábado, 9 de febrero de 2013

11. Gabo el largarto




    Dinosaurio, viene de del griego “Deinos  Saurus” -> "lagartos terribles" y para lo que cualquier grillo como yo, eso de que están extintos sería un sueño hecho realidad.. todos los lagartos son terribles..  no importa el tamaño.. es más, me han contado historias de terror donde en algunas tiendas especializadas en mascotas venden grillos como alimento para lagartos!! Que me pongan en una tortilla y me hagan taco!!  que cosa tan horrible, espero que ninguno de mis familiares tengan esa suerte.

En mi grilluna vida he visto muchos lagartos, claro que de muy lejos, y he atestiguado como con su sangre fría y con movimientos precisos se comen cualquier insecto en un chistar y sin importar el tamaño, sexo o raza..

Pero Gabo era diferente, él era muy meticuloso en lo que se llevaba a la boca, y al ser un poco cegatón, eso me salvó la vida.

Yo venía regresando del desierto, y vi unas estrellas resplandecer, cuando me dí cuenta,  era la luz de la luna reflejada sobre los ojos de Gabo, y yo ya estaba cerca, muy cerca de él.
Gabo al principio no notó mi presencia, pero la suave brisa del desierto llevó a su olfato ese aroma de grillo, así que de inmediato alzó su cuerpo sobre una roca y me miró. Yo pensé que mis días de vuelo habían llegado a su fin.
-Grillo, ¿de que color eres,café transparentoso o verde oscuro?
-Que diferencia hay? al final grillos somos..
-Claro que hay diferencia! esos grillos transparentes que pareciera verles las vísceras! solo de pensar me da asco!
-Entonces mi suerte esta echada.. soy verde oscuro.
-Que! porque no intentas engañarme?
-Toda mi vida he intentado ser lo que soy, y estoy orgulloso de lo que he hecho de mi, como para negarme ahora.

El lagarto guardo silencio, y me volvió a mirar con unos ojos negros más negros que la noche..

- Siempre todos los grillos que me he topado me han contestado que son de los transparentes, la verdad es que no se si me mintieron o no, porque me los he comido con los ojos cerrados, para evitar sorpresas y ascos, porque tengo que comer grillos.. así es y así será! sin embargo, ante tu respuesta me he llenado de curiosidad, de esa curiosidad a la que la sociedades le tienen miedo, las preguntas y las dudas no ayudan a nadie, y son peligrosas porque nos permiten soñar que hay más en la vida, que ser lo que todos esperan de uno.

- Claro que hay más en la vida, mucho más! cuando fue la última vez que volaste? - Dije aguantando la respiración.
El lagarto se quedó primero callado, y después contestó con una voz casi temerosa.. 
- Volar? Como crees! eso es para otros, no para mí, claro que me gustaría, si te soy honesto.. Es más! ahora que lo pienso hace mucho, volé, fui libre y pude dejar que el viento me llevara... pero hoy - Sus ojos negros se humedecieron- no se si quiero volar, si quisiera  hacerlo, si me interesa, si tal vez ya no quiero hacerlo porque no tengo fuerzas..

- Lo importante - le conteste con una inusual seguridad - es que recuerdes que has volado, que recuerdes esa sensación, y que creas que puedes volverlo hacer, si me lo permites, intentaré volar lejos de aquí, cerraré mis ojos y me impulsaré.

Y así con todo el miedo a ser comido, me impuse, abrí mis alas interiores y empecé a volar, el lagarto me miró como quien mira la esperanza, y es que el mejor regalo que podemos darle a los demás es ser auténticos.

Me pregunto si me lo volveré a encontrar en mi camino, y no estoy seguro de querer, pero me siento afortunado, de poder volar otra vez...

jueves, 31 de enero de 2013

10. El Desierto

      Muchas veces he experimentado la soledad de formas diferentes, pero ninguna como esa noche que pasé caminando en el desierto..

Porque un grillo se interna en el desierto?

Porque todos en nuestra vida necesitamos del desierto, ese lugar donde podemos poner los pies en la arena y  quitando  todo  lo demás, solo quedamos lo que en verdad somos.

El desierto es ese lugar donde no importan ni títulos nobiliarios, logros y todo ese equipaje que venimos cargando y que lo confundimos a veces con lo que somos.

En el desierto la única voz que se escucha es la de nuestro pensamiento, y el único sonido que nos acompaña es el de nuestra respiración, que al escucharla, nos ubica en el aquí y en el ahora, nos hace conscientes que estamos vivos.

Esa noche, en la soledad completa, mi compañía no fue la luna, fueron las estrellas que tenían para mí guardado un espectáculo con su brillo y una que otra con su movimiento inquieto jugando a que fugaces surcaban el universo. Esa noche las estrellas se tatuaron en mi alma, le pusieron nombre a mis sueños, me acercaron con los que amo, pero no esa nostalgia del que se encuentra lejos, sino en la sonrisa tenue de quien sabe que es amado.

Esa noche bebí estrellas, y las estrellas bebieron de mi alma, en ese toma y daca equilibrado de la vida.

La paradoja de la soledad es que nunca estás solo, porque la soledad te acompaña.

En el desierto no se vuela, se camina lento, guardando energía, y se piensa, se piensa mucho.

Hoy cuando siento que estoy perdido, que no se a donde tengo que ir, primero añoro volver al desierto, pero después recuerdo que tengo ese tatuaje de estrellas en el alma, como mapa estelar para encontrar el camino a mi desierto interno, donde podré en esa absoluta soledad, volver a encontrar al grillo que soy.


martes, 22 de enero de 2013

Parte 9. Los origenes de Abelardo






       Me han preguntado muchas veces de donde soy, y mi respuesta  es la misma siempre, yo soy del camino,  soy de las tardes donde el viento mueve mis antenas mientras el sol se esconde tras el horizonte, soy de una noche llena de luciérnagas volando tras la luna.

Sin embargo, en mi corazón siempre guardo la tierra que me vio nacer, ese terruño que se encuentra al sur del norte, allá donde el desierto besa al mar, de donde hay mucho calor, mucha tierra, pero sobre todo, mucha gente de gran corazón.

Recuerdo muy bien esas madrugadas de un calor intenso, como todos los grillos adultos tomaban las calles haciendo pasar como si fueran un asfalto movedizo.

Fue en esa tierra donde siendo yo muy pequeño vi a un grillo volar, donde supe que yo también lo podría hacer, algún día, ya que me pusiera en contacto con mis alas.

Mi crecimiento como grillo fue acompañado de muchos grillos que compartíamos un mismo sueño, que nos reuníamos algunas tardes a cantar y bailar, como si nada más importara. La principal lección la aprendí en esos tiempos, una muy sencilla pero a su vez profunda, “Ser lo que uno es”, que nuestras palabras, nuestros pensamientos y nuestra acciones sean siempre  notas de una misma canción, canción que hablará de quienes somos. 

 En nuestra comunidad sabíamos que la mayoría de nosotros emigraría, algunos por la región, otros como yo, mucho mas lejos, y así, cuando los grillos llegaban a la edad de prepararse para la vida, se alejaban por largas temporadas, y en los días de fiesta regresaban y todos se alegraban al rededor de ellos, porque sabíamos que tal vez para la siguiente fiesta ya no iban a volver.

Cuando recuerdo esa villa lo hago siempre con mucha nostalgia, esa nostalgia de haber dejado algo de ti, y a cambio haber tomado algo de todos contigo. Dichoso los lugares que su principal atracción son las personas que viven allí, porque esos son los lugares que nunca olvidaremos..


martes, 15 de enero de 2013

Parte 8. Julieta




Julieta, un nombre muy adecuado para una grillo tan distinguida.

Ella era un grillo muy tradicional, algo delgada, con grandes ojos, pero un más grande sentido del humor. Ella tenía su propia manera de ver la vida, inventaba definiciones para las cosas que ya las tenían, y cuando tu le preguntabas algo, y ella sacaba de su diccionario particular la respuesta, lo decía tan segura que no te quedaba duda que era  la verdad, y eso era, su verdad. Que importante es que todos tengamos una verdad personal.

La conocí en una circunstancia dolorosa para mí, estaba lastimado de un ala y no podía volar.  Eso me tenía desconsolado, sentía que había perdido todo mi mundo, estaba inmerso en una depresión donde ya nada tenía sentido. Nos engañamos en falsas seguridades, que lo que nos define es lo que hacemos o mucho peor, con quien estamos, en vez de definirnos que es lo que somos.

Julieta era muy sencilla, con una mente muy activa, iba haciendo de su vida un lugar seguro, controlado.

Ella llegó a sanar mis heridas con una sonrisa.

En mi miedo por haber caído, ella me enseñó a volar sin alas.

Yo no estaba en sus planes, y tampoco estaban el perder la cabeza. Locura, muchos dicen que se llama lo que nos pasó.  Ese acercarse al fuego sin pensar en los riesgos, para tratar de darle un nombre al color del corazón de la flama.

Pero uno debe aprender a sanar las heridas antes de volar, porque el costo es grande, y generalmente termina uno lastimándose y lastimando a los demás.

Yo pensé que ella quería reparar mis alas, ella quería reparar mi corazón.

Y en mi egoísmo, yo solo pensaba que quería  regresar a volar, aunque esto significara dejar a Julieta, que era lo que en  realidad quería, y eso es lo peligroso de los sueños que nos hacemos despiertos, porque los creamos desde nuestros miedos, frustraciones y carencias, y los volvemos nuestras metas, y no nos detenemos a pensar si en realidad son nuestro destino, no las revisamos para comprobar que siguen vigentes.

La perdí, no de manera definitiva, porque lo único definitivo es la muerte, cuando  me fui volando, la traicioné  a ella, traicionándome a mí al mismo tiempo, rompiendo su corazón.

Hoy cuando la noche pasa silenciosa y la mañana se anuncia con una estrella que lucha por brillar contra la claridad del cielo, pienso en ella, la grillo Julieta y anhelo en lo profundo de mi alma, buscarle nombre nuevo al color del  corazón de la flama, junto a ella...

sábado, 12 de enero de 2013

Parte 7. La luna

  
      Oh la luna, esa dama de plata que me ha hechizado, esa compañera que juega a esconderse y aparecer. Mi historia con la luna es de un amor no correspondido, de un soñador que sabiendo lo imposible no deja de tratar de volar cada vez más alto, queriendo acercarme a ella.

Volaba una noche de mucho calor, recuedo que  empezaba a ir mas allá de mis propios limites, cuando me di cuenta que la noche estaba mas clara, casi como un día tenue, fue cuando alzé la vista y me percate de su presencia, sentí su luz y su fuerza, me atrajo de manera irremediable, lleno mis venas con su blancura, se metió en mi cabeza y me detuvo el corazón. Luego supe que esos eran síntomas inequívocos de estar enamorado.


Ella se iba, pero siempre volvía, siempre regresaba, poco a poco, primero asomaba una sonrisa tímida, luego esa sonrías crecía hasta volverse tan circularmente perfecta.

Yo llegue a pensar que algo hacía mal, que por eso se enojaba conmigo y se alejaba de mi.

Cuando me di cuenta que era inalcanzable, también supe que era a su vez irrenunciable.

He tenido muchos amores, y ellos no lo saben, que siempre la he amado a ella. Que cuando ellas se van, se que mi luna siempre estará para escuchar mi canto, si, ese canto que no me gusta, que desafina, que oculto, pero que ella recibe sin juzgar, y por ese momento, me vuelvo un grillo cantador que le gusta volar.

Se que no estoy solo, que la luna volará junto conmigo, incluso cuando no la veo, su presencia me acompaña, hasta creo, alguna noche de primavera, haberla escuchado murmurar mi nombre.






jueves, 10 de enero de 2013

Parte 6 - Alberto, el grillo bailarín

No me hablen de él!

No me lo recuerden!

Fué mi mejor amigo cuando eramos larvas, o eso pensé, pero la realidad era otra, se aprovechaba de mi! Alimentaba mis inseguridades con comentarios "amigables" que yo pensabe eran bien intencionados, por lo que bajaba mis defensas y penetraban con toda su amargura en mi ser.

El sabía bailar, como pocos grillos he visto hacerlo, al igual que yo no le gustaba cantar, creo que cantaba peor que yo, y eso ya es mucho decir! pero el tenía otra arma para llegar al corazón de las damas, su baile, y en especial el tango!

Cuando intento conquistar a mi Carmela fue el fin de una "amistad" y el pricipio de una rivalidad, que hasta la fecha continua. Como pudo hacerme esto?

Era una mañana fría, en ese entonces todavía no emprendía mi primer vuelo, recuedo que estabamos en la cueva, protegidos de ese clima polar,  Carmela junto a mi, ya casí convencida de que sus antenas hacian juego con las mías, su sonrisas coquetas que me invitaban a declararle mi amor, sus lindos labios verdes, sus cuatro juegos de ojos revoloteando como dientes de león al viento, en nuestros silencios tejiamos un pacto, una promesa.

Fué cuando Alberto entró, bailando y bailando, con una gracia, debo reconocer, impresionante!
Carmela no pudo mas que reaccionar a su ritmo, y moviendo sus extremidades superiores, medias e inferiores, se alejó de mí.. Rompió ese pacto y esa promesa  silenciosa, al rimo de un tango que para ella sonaba dulce, pero para mi amargo.

Me sentí doblemente traicionado, no entendía lo que pasaba, y era más fácil volverme la victima, y no asumir mi responsabilidad, Creer que en mi imaginario ella estaba sincornizada conmigo, que de manerá mágica, sin yo decirle palabras, ella entendía mis señales, que ella sin saber, rompió las expectativas que había puesto en ella, para que me salvara..

Como reclamarle esos acuerdos no escritos, que ella "debió" entender!

Durante mucho tiempo ese momento fue el pretexto perfecto para justificar mi sufrimiento, porque es más fácil echar culpas que vernos en el espejo.

Primero la conciencia, para que después venga la responsabilidad, es la única forma de avanzar.

Auque creo que ya lo superé, no me hablen de Alberto, y no me pongan un tango, por favor.

Contestado respuestas de su Público..




Algunos seguidores me han mandado preguntas específicas que me gustaría contestar:


1. ¿Alguna vez ha volado tan lejos que después no sabe cómo regresar?

No me gusta regresar, regresar siempre suena a pasado, me gusta pensar que llegó de nuevo, con el papel en blanco,  nuevas miradas, con nuevos intereses.


2. ¿Se puede dejar de estar enamorado de la luna / sol??

De quien te enamoras no te puedes desenamorar, porque morará en ti por siempre una versión de ese ser amado, que será con el tiempo muy diferente a la del ser real. Si de verdad te enamoras, podrás olvidar, pero bastará un reflejo, un rayo de luz, un sabor o un olor, para revolucionar tu corazón, como si el tiempo nunca hubiera pasado..

3. Abelardo: Ya no puedo volar, se me acaban las fuerzas, ¿Me puedes dar un consejo para volar de nuevo?

fuerzas? esto no es de fuerzas.. recuerda que todos tenemos dos pares de alas, unas rígidas  que nosotros nos hemos construido y nos sirven como protección, que nos hemos creado con nuestras creencias y  miedos. y también tenemos  otras internas, suaves, flexibles, que no saben de limites.. 

Con que par de alas estas tratado de volar?

Parte 5 - Respuestas de un grillo volador


En mi larga vida de grillo volador, muchas preguntas me han hecho, y con mi naturaleza tímida, no he dado la respuesta que hubiera querido..

Hoy quiero tomar esas preguntas y contestarlas, con la respuesta que dí desde la cabeza , pero ahora también desde mis alas que me dan libertad..

1. ¿Cuando es la mejor hora para volar?

Respuesta de la cabeza:
En la noche cuando pasamos desapercibidos.

Respuesta de las alas:
Cuando sientas que te ahogas y no entiendes porque nadie quiere voltear a ver a la luna, cuando tu pensamiento vuela con las luciérnagas y tus pies pisan el suelo, cuando las respuestas de siempre ya no caben en las preguntas eternas...

2. ¿ A que le tienes más miedo?

Respuesta de la cabeza:
A los pájaros y a los peces..

Respuesta de las alas:
A no volver a volar, a volverme ciudadano de lo cotidiano, a confundirme con el resto de los grillos, a que ella escuche mi cantar desafinado, y se de la vuelta...

3. ¿ Te gusta volar solo?

Respuesta de la cabeza:
Si, es lo más seguro.

Respuesta de las alas:
Aunque lo quisieras en imposible volar solo, siempre te acompaña el aire en forma de brisa, el cielo cubierto de estrellas, la luna que te hipnotiza con su mirada de plata, vuelas con tus sueños que te impulsan a seguir adelante.

4. ¿ Y cuando vuelas, no extrañas tu casa?

Respuesta de la cabeza:
No.

Respuesta de las alas:
No, nunca, porque mi casa son mis alas y mi hogar el viento. No porque soy de donde aterrizo, originario de donde no me esperan, pero cuando me vaya seguro me extrañarán.

5. ¿Por qué no te gusta cantar ?

Respuesta de la cabeza:
Porque desafino.

Respuesta de las alas:
Porque desafino.

Parte 4 - Consejo de un grillo volador


Si tu quieres volar, haré algo que me hubiera facilitado la vida, y no me hubiera puesto tan en riesgo,aunque  eso de volar ya por sí mismo es un riesgo.

1.  Aprende a medir tu distancia en tierra, volar sobre agua sin saber si tienes fuerza suficiente para llegar al otro extremo no es un deporte extremo, es un suicidio.

2. Si vas a volar sobre un río, no lo hagas cerca del agua, los peces piensan que sabemos sabrosos, y pueden brincar fuera del agua, lo creas o no.

3. De acuatizar ni hablamos.

4. Cuando vueles en la noche, no voltees a la luna porque podrías quedar de manera irremediable enamorado de ella.. de su brillo y de su luz, de su sutil acompañar y de su silencio acogedor.. si, como puedes ver yo voltee a verla.

5. Las langostas aunque sean familiares lejanos, no son amigables, no les interesa compartir sus experiencias, y tienen un hambre voraz.

6. Siempre vuela un poco más..

7. Nunca vueles mientras sueñes.. es más seguro soñar que vuelas.


8. Antes de soltarte a volar escucha con atención cualquier sonido, nunca vueles cuando no hay ruido porque seguro hay un pájaro esperando que alces el vuelo.

9. Nunca te acerques a un gato, comen grillo.

10. Siempre disfruta tu vuelo, nunca sabrás si es el último.

Parte 3 - El primer vuelo


Saber que ya estaba listo fué fácil, lo espere desde que asome la antena por primera vez al principio de esa primavera, esperé que llegara ese verano.

Si usted no lo sabe, nosotros tenemos dos pares de alas, unas externas duras, que nos sirven más como protección y otras suaves y transparentes.. debajo de las primeras.
Si me pidieran un consejo, no intenten nunca volar con las alas externas, es doblemente doloroso, cuando al aventarse al vacío intentas aletear, señor eso duele.. alas rígidas que ni para planear sirven, y al caer al vacío precipitándose uno con todo su peso, eso es el segundo dolor, y no es que eso me haya pasado muchas veces, solo unas cuantas veces.. si, ya se.. soy terco.
Eso me pasa por no tener un tutor, alguien que me aconseje, bueno, muchos me aconsejaron dejar esa idea de volar, pero nunca hice caso.. yo mas bien me refiero a un maestro de vuelo.

Después de varios intentos por mover las alas rígidas, algunas veces más dolorosas que otras, caí en un charco frio..casi me da una pulmonía, bendita pulmonía, porque lo que sucedió, obra de la casualidad debo admitir, es que al estornudar, estornudé tan fuerte que sentía se me salía la vida, gracias a Dios lo que salió fue mi par de alas internas.. Que maravilla!

Bueno, lo difícil después fue a separar el estornudo de las sacar las alas, porque no siempre que quieres volar te gusta estornudar, y no siempre que estornudas te gusta enseñar tus alas interiores..  

Ya con la técnica narigo-apendice-volador dominada, decidí brincar lo más alto que pude, estornudar al empezar a caer y aletear para no romperme la cara.. y que creen?

Volé!

Parte 2 - El conflicto de las Alas.


Tengo alas, yo pensé que era una leyenda, eso de que podíamos volar. La verdad es que rara vez volamos.. pero si lo podemos hacer. Que ironía que teniendo alas seamos más rápidos con corriendo, y más efectivos.. digo, teniendo como depredadores a los pájaros, uno no quiere estar desprotegido en la inmensidad del cielo. Es claro que nuestro color negruzco es nuestra mejor protección para escondernos en la noche.

Sin embargo, si podemos, de vez en vez rompemos ese miedo a sentirnos vulnerables y alzamos el vuelo. Que si yo he volado? no me veas así, no es un tema fácil para mi. Y la respuesta es si, lo he hecho, varias veces, más que la mayoría de mis hermanos.

Para ser un grillo tímido, lo de volar es lo mío. Poder ver el campo desde arriba te da otra visión de la vida, aunque solo pueda volar unos cuantos metros, es toda una aventura.
Siempre me dijeron que las alas tienen sólo una función reproductiva, incluso sé que las chicas no pueden volar, para ellas las alas son un adorno, muy sexy por cierto. Siempre me contaron esas aterradoras historias de parientes que al alzar vuelo fueron engullidos, destrozados por esas bestias emplumadas, esas lagartijas voladoras.

Pero yo siempre soñé en volar e impresionar a las niñas, digo, todos pueden cantar, yo debería ser diferente, si, ya se... que todos somos únicos e irrepetibles, y al ser todos tan únicos nos volvemos iguales..

Yo siempre soñé con volar. Eterna era la llegada de ese primer verano, donde sabía que la plenitud grillezca es alcanzada,  y como grillo adulto mis alas estarían listas.
Una tarde calurosa, la más calurosa de todas las tardes calurosas, sentí una rara fortaleza en el abdomen, mis hermanos empezaron con su ritual de tallarse las rodillas haciendo ese sonidito que a mi nunca me salió bien, y en ese momento me dí cuenta que ya era todo un grillo.. claro, de inmediato empecé a intentar desplegar las alas, nunca había visto a uno de los míos volar, no tenía idea de como iba a empezar, esa aventura que casi termina con la historia de Abelardo, sin dar la oportunidad a contartela como lo hago ahora.

Parte 1



Que nombre para un grillo! “Abelardo”, que estaban pensando!! pero era de entenderse, digo, se que los grillos no nacemos de uno en uno, y eso de nombrar hijos ha de ser todo un reto.

Ahora que si pienso que a falta de nombre, solo sería  un “Acheta domesticus” genérico.. Si, ya sé!, nadie nos llama por nuestro nombre elegante.. sería sólo un grillo más.. de esos grillos molestos que llenan la noche, y los momentos incómodos con nuestro curioso cantar.
Aunque allí estarían mal.. si señor! a mi no me gusta cantar.. nunca he sido bueno para eso, siempre he sido muy considerado, y por más que todos digan que el cantar de un grillo es su carta de presentación en este mundo, a mi no me vengan con historias! Como le llaman cantar a un sonido que hacemos con nuestras alas!! Que si es el la manera de atraer a las hembras, que sí podemos predecir el clima con nuestro canto ( Temperatura del aire es igual a la resta de  división de los cantos por minuto entre 5 menos 9), que si le quitamos la seriedad de la noche, y que sabe cuántas cosas más..  De todas ellas, tal vez la que más me hace pensar es esa de atraer a las hembras.. digo, si esa es nuestra única herramienta para el tema de la conquista, de verdad que yo estoy frito, que me pongan en un taco y me echen salsa por favor!!

Las luciérnagas, esas si que tienen estilo, esas si llenan la noche, y no de sonidos sino de luz, ellas si que saben como hacerlo.. nunca he escuchado a nadie quejarse de ellas, siempre son admiradas, nadie dice, apaguen esa luz que no me deja dormir!!! o alguna vez han visto a una luciérnaga aparecer en un momento incómodo??? De ellas siempre se escriben cosas bonitas, llenas de momentos sublimes.. y no es que sea un grillo envidioso.. soló soy uno mal entonado, y muy observador...